Al servir el vino – Consejos útiles

“Nadie en el mundo lo sabe todo en materia de vino”
“La gente inteligente no teme hacer preguntas tontas”

En esta oportunidad TIERRA DE BODEGAS quiere darte algunos consejos para que tengas en cuenta a la hora de guardar, cuidar y servir el vino.

En primer lugar hay que tener presente que el calor, la luz y las vibraciones son factores poco amigables con el vino.

Obviamente, el lugar ideal del vino es la bodega y en casa debemos reservarle el lugar más tranquilo, oscuro, fresco y ventilado.

Así, la temperatura y la humedad del entorno o ámbito del vino deben ser, en lo posible, constantes y no sobrepasar los 20°.

Las botellas, deben reposar tumbadas, no siendo conveniente agitarlas. Deben llevarse a la mesa con cuidado y descorcharlas sin movimientos bruscos.

Utilizar siempre un buen sacacorchos, aquél que extrae el tapón entero, sin roturas.

Si observamos pizcas de corcho sobrenadando en el vino nos indica defectos, no virtudes

EL DESCAPSULADO

Por otro lado, tener presente, que pueden darse varios hechos, pocos habituales después del embotellado:

    • Que se desarrollen algunos hongos aprovechando la humedad del lugar. Este hecho es el más normal, pero por supuesto, nunca el apropiado.
    • Que el vino rezume y que, por su acidez, forme componentes que puedan afectar a su sabor. También esta situación es frecuente.
    • La presencia de xilófagos formando galerías en el corcho. Esto es poco común, pues rara vez nos podemos encontrar con esta situación.

Dicho esto, y a fin de evitar sorpresas desagradables y posibles contaminaciones es conveniente cortar la cápsula por debajo del anillo de la botella y limpiar bien con un paño limpio y seco.

Si al quitar la cápsula el tapón aparece mojado, húmedo, lo más probable es que el vino no esté en sus mejores condiciones.

Asimismo debemos atender al nivel del vino en la botella. Pues si el vacío es excesivo, el vino habrá perdido la mayoría de sus características, llegando a estar acetificado.

DECANTACIÓN

Poco habitual es hallar botellas con posos de materia colorante o por sales ácidas, por bitartratos precipitados, salvo en oportos y en tintos con más de 20 años. En estos casos es apropiado separar los sólidos del vino, poniendo la botella de pie, al menos durante un día, a la temperatura de consumo y posteriormente con mucho cuidado y antes de beberlo, pasarlo suavemente a otro recipiente, dejando los posos en el envase originario.

La regla general es que nada se gana aireando el vino durante horas antes de consumirlo ya que esto afectará a su calidad, eliminando sus gratos aromas y afectando su sabor, disminuyendo así sus cualidades. Hay que abrir y consumir.

Si se detectan partículas muy pequeñas, puede ser suficiente la cestilla para separar los posos del vino.

La botella así ofrecida debe abrirse, con suma delicadeza, en su lecho de mimbre o de metal, para que los depósitos no se muevan y cuidando de que éstos no vayan a parar a las últimas copas servidas.

Muy cierto es que “botella abierta, botella muerta”. Aunque se conserve en nevera el vino pierde calidad, hecho fácilmente apreciable en los vinos finos, en general todos, blancos y tintos.

Si su consumo se dilata unos días, la botella debe taparse colocando el tapón tal como estaba antes de extraerlo y no al revés.

Pero no es nuestra intención entretenerte con las malas sensaciones que pueden esconderse en el vino. Si encuentras un vino malo o una mala botella –incluso un vino que se considera bueno, pero a ti no te gusta- pasa sin más a algo que te emocione. Tomar un supuesto gran vino que a uno no le gusta es tan absurdo como ver una película muy premiada que te aburre. Cambia de canal, explora.

Desde TIERRA DE BODEGAS esperamos que nuestro aporte te haya resultado útil.

Hasta pronto!!!!!!

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